
¿Por qué momento están pasado los talleres? Una pregunta espinosa cuya respuesta puede variar según la región y sus circunstancias económicas y sociales. Pero en términos generales, pudimos hacernos una radiografía del mercado en el pasado encuentro de la Confederación de talleres CETRAA con la prensa. Una aproximación a la situación a la que se enfrentan los más de 40.000 talleres y 137.000 trabajadores del sector.
Pérdida del poder adquisitivo durante el año pasado
Analizando datos podemos comprobar que el trabajo durante el año 2022 fue muy voluble. Se ha entrado en una espiral de subida del IPC e inflación lo que ha supuesto un menor gasto en reparación y mantenimiento del coche. Un retraso por el paso por el taller que se refleja, según DGT, en un aumento de vehículos con la ITV caducada.
Además, el mercado de alquiler de coches continúa al alza. Este aumento del renting resulta una amenaza para el pequeño taller, ya que las flotas de vehículos deciden donde y cuando son reparadas. Y en algunos casos son las propias dueñas de los talleres a los que deciden asistir.
La ‘nueva forma de movilidad’ urbana también puede afectar negativamente. Carsharing, fomento del transporte público, limitaciones en los centros de ciudades, apuesta por los patinetes, bicicletas, etc. Todo lo que reduzca el movimiento de vehículos (tanto de combustión como eléctricos) disminuye significamente las entradas al taller.
También se ha podido detectar la subida los precios de los materiales de consumo (consumibles, pinturas, etc) y la falta o escasez de recambios en los servicios posventa, incluidos aquellos de mucha rotación en los almacenes.
Menos dinero para consumir en los talleres
Los indicadores económicos tampoco resultan favorables en lo que llevamos de 2023. No se termina de contener la inflación, continúa subiendo el IPC, los tipos de interés bancarios, carburantes, energía, electricidad. Sigue la guerra de Ucrania, problemas de exportación del grano y sube la cesta de la compra. Hay menos dinero para gastar en los talleres, descenso de la rentabilidad y caída del beneficio.
Tenemos un parque móvil muy envejecido que cada vez pasa menos revisiones, disparando la inseguridad en las carreteras. La mitad de las reparaciones (es decir el 50%) se dan en los vehículos nuevos (el 24% del parque). Es decir, los coches viejos, aquellos que más se debería reparar, no pasan por el taller.
Por otro lado, la aprobación del último convenio colectivo ha contemplado un incremento de las tablas salariales, y las bajas laborales de los trabajadores impulsa el absentismo hasta el 7%. Entre los talleres, las Pymes y micropymes han tenido que subir un 27% sus costes, alcanzando una situación complicada para el pequeño taller. Posiblemente se cierre el año con una facturación ligeramente superior en un menor número de operaciones y con una baja rentabilidad.