
En el año 2023 tendremos que afrontar diversas situaciones insólitas que superaremos con resiliencia, y que esperemos no pasen demasiada factura a la economía española
Ya es un hecho que la economía se ha desacelerado durante el pasado año. Por si teníamos poco con la pandemia del Covid que arrastramos desde el 20, y con coletazos de la crisis financiera mundial, nuevas variables macro se han ido encadenando a lo largo del ejercicio. Sometidos a una crisis logística global (de transporte, microchips, importaciones asiáticas, coste de fletes…), incremento de materias primas (metales, acero, alimentos básicos, trigo…), problemas con los suministros energéticos (precio carburante, abastecimiento gas…), una inflación desatada, y subida de los tipos de interés. Y por si era poco, la invasión de Ucrania por Rusia.
En España podemos añadir una situación política inestable, con próximas elecciones en el horizonte, desaceleración en la afiliación a la Seguridad Social, y unos fondos europeos que no llegan a la velocidad esperada. Las empresas españolas (el 99% son PYMES lo que representa el 62% del Valor Añadido y un 66% del empleo) se van a tener que enfrentar a multitud de dificultades: incremento de costes laborales, elevada presión fiscal, escasez de mano de obra, y descenso de la demanda. El encarecimiento de la energía y la inflación nos ha lastrado a una pérdida de poder adquisitivo del 4,4%.
Ciñéndonos a la automoción vemos que en 2022 se alcanzaron 813.396 unidades vendidas, lo que supone un descenso del 5,4% en las matriculaciones totales. Por otro lado, a la posventa parece que le va mejor, los proveedores de automoción incrementaron su facturación un 5% y se acercan a cifras prepandemia. Y aunque, según datos de Europool, las ventas de neumáticos en el mercado europeo de reposición fueron ascendentes durante el ejercicio han terminado por ralentizarse a su cierre. Igual que los datos de la Agencia Tributaria sobre importaciones de neumáticos asiáticos que parecen moderarse también.
Bajando al ruedo (punto de venta, sell out…), ha sido un buen año para distribuidores de recambios y de neumáticos. Y los talleres han facturado más (debido al incremento de movilidad de los automovilistas) aunque teniendo que trabajar mucho más por la subida de precios, lo que ha lastrado sus beneficios. Otra amenaza para el sector es la falta de mecánicos cualificados.
Para este 2023 se presenta un escenario que se puede definir como de incertidumbre global. La inflación y la subida de tipos del BCE siguen su escalada y esto supondrá un freno lógico al crecimiento económico. No entraremos en recesión, pero el paro puede que se acabe por resentir con algo de retraso. Los planes y perspectivas de crecimiento se estancan, y el panorama no asoma todo lo optimista de los deseado. La economía española pisará el freno en 2023 hasta el 1,2% y la previsión de recuperación podría tener que esperar.
Va a ser un año para afrontar varias situaciones insólitas que esperemos no pasen demasiada factura a la economía española. Y seguramente, tendremos que volver a tirar de resiliencia para superar este panorama adverso.